Como Cristianos debemos conocernos como soldados del Reino de Dios, por ende estamos regidos por sus códigos. Pero estos son diferentes a los de un ejercito común sino son Códigos de Vida
domingo, 26 de diciembre de 2010
Él espera que acudamos a su llamado
¡El Shofar suena! El Sonido inunda a la Iglesia.
¡Levántense pueblo de Dios!... Jehová de los ejércitos ha requerido del sonido del shofar para levantar a su pueblo. Salgan de sus tiendas, abandonen sus pertenencias. Tomen la Armadura que Jehová,Único e irreemplazable Comandante en Jefe del Ejercitó de los Cielos.
Colóquense el Yelmo de la Salvación, que nos protege de los pensamientos negativos del enemigo que intenta debilitarnos con sus mentiras. Vestidos con la Coraza de la Justicia, para proteger nuestros corazones de todo deseo impuro. Ceñidos con el Cinturón de la Verdad con el cual sabrá el mundo que vamos a librar sin titubear y calzados nuestros pies con el Evangelio de la Paz para que nuestros caminos sean limpios de enemigos. Armados con el Escudo de la Fe que nos protege de todo dardo enemigo y con la Espada del Espíritu, la cual es la Palabra de Dios para destruir toda fortaleza que se levante en contra del Nombre de Jehová nuestro Dios y Señor, nuestro REY.
¡Vamos! Marchemos con el estandarte de Guerreros de Dios impregnado en el pecho a la vista de todos, abandonemos el desierto donde erigimos nuestro campamento y vayamos contra toda fortaleza del enemigo.
Siria y Persia han oído que nos levantamos, sus reyes tiemblan aun sus murallas se ven indefensas. Su ejercitó sufre cólicos al saber de nuestro avivamiento, al saber que hemos oído el shofar y que nos hemos preparado y armado para la guerra. Conocen que somos soldados de élite, bien preparados por nuestro Señor Jesús a través del Espíritu Santo, Quien es su peor pesadilla y nuestro Mejor Sueño y Realidad.
Enviaron sus espías y agentes secretos para estropear nuestros planes, pero nuestro Estratega y General posee la Sabiduría como ningún otro, ya que Él mismo es la Sabiduría. Todos sus ataques previos fueron inútiles y aunque ellos pensando que tomando algunos de los nuestros nos debilitaría, más nos fortaleció aun más para no encontrar mas ninguna baja, sino ver la victoria en su encierro.
Así que Pueblo de Dios, el único temor que vale es a Jehová, nuestra Fortaleza, nuestro Castillo, Nuestro Padre. Con gran Júbilo vayamos a tomar toda estructura y liberemos a los cautivos que han tomado, y recuerden que vamos en el Nombre de Jesucristo, a la orden de nuestro Dios, y como guerreros obedientes a Él, cumplamos el objetivo que nos dio, el cual es
¡Librar a toda persona cautiva y destruir para siempre a todo enemigo de nuestro Señor!
Así que esforzaos y sean valientes. Dios los bendiga y los unja con una Fortaleza sin igual para esta batalla.
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